DIA DE PERROS

Hace dos días vi dos perros en la carretera. Uno grande y marrón, sin cola, y el otro pequeño, blanco y negro, con una cola larga y peluda. Los dos querían cruzar de un extremo de la carretera al otro, pero tenían miedo de ser arrollados por algún coche. O tal vez solo estaban haciendo tiempo. El caso es que estaban esperando a tomar una decisión. 

Mi padre los vio, y con tal de no aplastarlos, giro el coche, porque los perros ya estaban dentro de uno de los carriles de la carretera para cruzar al siguiente. Conseguimos no hacerle daño a los perros, para que pudiesen seguir avanzando.

Detrás venía otro coche, que vio oportuno no girar en ninguna dirección, pero tampoco pararse. El perro grande y marrón se apartó, rehaciendo parte del camino que ya había hecho. Pero el perro pequeño, blanco y negro, mientras seguía a su compañero, fue aplastado por el coche. No fue aplastado entero, seguramente solo una pata trasera, aunque también vi cómo del impacto se caía contra el suelo.

Seguramente, si el perro pequeño, blanco y negro no ha muerto ya, morirá.

Hace meses, mientras iba en tren a visitar a Almira, en uno de esos ratos muertos en los que el tren se para inexplicablemente, vi a un perro grande, marrón y peludo caminando por un sendero de tierra. Cuando el perro pasó por delante de mi ventana, vi que cojeaba, y que en la pata de la que cojeaba tenía sangre. Sería una herida de hecha por otro perro, por alguna alambrada o por algún granjero o pueblerino que le disparó unos perdigones.

Seguramente, el perro grande, marrón y peludo está muerto.

Cuando era pequeño, iba de la mano de mis padres por un parque cuando en la entrada vi a un perro grande y blanco muerto, apoyado contra la puerta de hierro del parque, rodeado de moscas y pudriéndose. Nunca sabré cómo murió aquel perro grande y blanco, si fue un accidente o lo asesinaron, si se tumbó por voluntad propia ahí y ya no levantó o si lo dejaron ahí.

Sé que ese perro grande y blanco murió.

¿Alguien más pensó, piensa o pensará en esos perros como yo hice, hago o haré? ¿Alguien los echará de menos?

Lo único que sé es que no hace falta ser un perro para necesitar tiempo y tomar la decisión correcta. Tampoco hace falta ser un perro para que te atropelle un coche. Tampoco hace falta ser un perro para caminar moribundo por un camino polvoriento lleno de tierra. Ni hace falta ser un perro para que te encuentren muerto en un parque. Creo que eso es justo lo que más nos une a seres humanos y perros, que ambos podemos tener un mal día o una vida de mierda. Y supongo que también al contrario. Ambas especies podemos tener días geniales o vidas maravillosas. También estoy seguro de que, tanto a personas como perros, se les puede amar y añorar hasta que mueren, e incluso más allá.